Summary: | El sexenio del Presidente Ricardo Lagos, inicialmente no consideró relevante avanzar en un proceso modernizador del Estado, ello más bien había identificado a su predecesor; Eduardo Frei (1994-2000). Sin embargo, las denuncias de corrupción en el Ministerio de Obras Públicas -del cual Lagos fue titular en el gobierno de Frei- abrieron una ventana de oportunidad para que el tema se reinstalara en la opinión pública. Esto permitió que por primera vez la oposición de derecha impusiera su propia agenda y con ello el paso de reformas de tipo gerencialistas (énfasis en los resultados y pago por desempeño) a reformas que buscaran introducir el servicio civil de carrera (meritocracia), reduciendo la capacidad del Ejecutivo en la designación de cargos directivos en la administración pública y limitando, además, la posibilidad de nominar a militantes de partidos que lo apoyaban.
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