Summary: | El artículo da cuenta de las dificultades que enfrentó la Iglesia para mantener un alto nivel académico en la formación del clero secular de México de 1833 a 1899. Para responder a esa situación se promovió la fundación del Colegio Pío Latino Americano en Roma (Píolatino) a fin de formar a los sacerdotes más distinguidos de las diversas diócesis de América Latina con un fuerte espíritu de adhesión al pontífice. A finales del siglo, la decisión de la Santa Sede de privilegiar a los egresados del Píolatino en las promociones al episcopado, mientras se marginaba a los formados en México, minó la unidad de la Iglesia. La competencia, rivalidades y celos entre los formados en México y los formados en Roma, impidió el surgimiento de un liderazgo eclesial nacional que sumara los esfuerzos de todos en una misma línea pastoral en el momento en que los tambores de guerras resonaban de nueva cuenta en el país.
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