Summary: | La segunda década del siglo XXI está marcada por la situación de crisis, un hecho que no es nuevo pero que en el tiempo actual ha supuesto un cierto pesimismo social. Sin embargo, crisis también es oportunidad de empezar algo de nuevo, implica solución. La crisis es el síntoma de una cultura occidental que ha ido perdiendo aire y que se ha caracterizado desde la Ilustración por dos circunstancias que han tenido su reflejo en la vivencia de la religión, me refiero a los binomios modernidad-secularismo y postmodernidad-postsecularismo. Estos binomios está aún presentes como ecos de una realidad que se extingue y en el que la crisis es el síntoma. Y ese síntoma mantiene que la presencia religiosa es importante y significativa y en ella el cristianismo y sus formas de expresión. No obstante, en cuanto que el cristianismo ha ido construyendo occidente y compartiendo modernidad y postmodernidad ello le ha afectado. En cierta forma se trata de un proceso de cristiandad que también está en crisis. Pero crisis es lugar para la construcción, para el “hombre nuevo” para la realización de una teología del cristianismo.
|