Summary: | Comienza en recientes años un movimiento de revisión que utiliza la retórica y las desarticulaciones semánticas para legitimar prácticas que tradicionalmente se rechazarían como transgresiones éticas. En la ética de investigación se valida el reclutamiento de personas incapaces de ejercer su autonomía y se propone la incorporación de individuos vulnerados en la investigación para satisfacer el bien común. Esta propuesta atenta contra normativas establecidas que prohíben preferir intereses sociales o científicos por encima de los individuales, utilizando arbitrariamente la idea del bien público, puesto que la mayoría de las investigaciones sirven a intereses particulares de orden corporativo. Se debilita las definiciones de coerción y explotación, justificando la inclusión de probandos carentes de competencia mental y legitimando prácticas que en el entendido usual de estos conceptos son francas transgresiones a la ética de investigación con seres humanos. Cada vez más proyectos de investigación son trasladados a Latinoamérica, haciendo necesario que nuestra bioética se mantenga alerta frente a los intentos de debilitar la protección de individuos y comunidades que participan en estudios patrocinados desde instituciones comerciales del Primer Mundo.
|